Museos de misiles y satélites

El estado de Nuevo México, al sur de los Estados Unidos, es una verdadera caja de bombones para el amante de la tecnología militar desde que en el año 1920 se probaran aquí los primeros misiles propulsados por fuel líquido de la Historia. Fue el comienzo de la Era Espacial cuyos adelantos se acelerarían, considerablemente, con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. Los artefactos y máquinas que han quedado de lo que (hasta ahora) ha sido esa carrera, pueden contemplarse en el New México Museum of Space History, situado en Alamogordo. Allí hay desde ejemplares de primitivos misiles o de los V-2 capturados a los alemanes, a trajes de astronauta, comida espacial…

A las afueras de la localidad de Las Cruces, otro museo, esta vez dedicado exclusivamente a los misiles, deja otra prueba de lo que ha sido el desarrollo de la potente industria armamentística estadounidense. Hay que dirigirse hacia el cuartel general de White Sands Missile Range, donde un espacio museístico –dividido entre un espacio cubierto y un parque- exhibe ejemplares de cuarenta tipos diferentes de misiles.

Por último, unos setenta kilómetros al este de Socorro, en la Llanura de San Agustín –también llamada Plains of San Augustin- veintisiete gigantescas antenas parabólicas escrutan el espacio y esperan la llegada de viajeros científicos que quieran recorrer el recinto.