Hendaya
Primer pueblo de Francia o último, según como se mire. Hendaya está en la frontera entre Francia y España, como una localidad de gran belleza que aprovecha no sólo su ubicación estratégica entre ambos estados, sino que su patrimonio y su costa hacen lo demás para convertirla en un destino atractivo de la costa vasca. A ello hay que sumar que se sitúa a escasos 21 kilómetros de San Sebastián, otro destino de gran belleza al que se puede hacer una escapada. Asimismo, en Hendaya se localiza la estación de trenes internacional, desde donde se puede coger el tren de alta velocidad francés para ir hasta otros lugares de Francia o de Europa.
Pasear por la costa de Hendaya nos hace sentir bien. Así se descubre todo lo que tiene que ofrecer esta localidad francesa. Un lugar que pronto llamará la atención del viandante será el Castillo Observatorio de Abbadia que se descubre en lo alto de los acantilados. Es un edificio neogótico de finales del XIX que construyó Viollet Le Duc para el etnólogo y geógrafo Antoine d'Abbadie. Merece la pena subir hasta su puerta para atravesarla y conocer así el edificio y la interesante colección que alberga de mapas, objetos exóticos y demás curiosidades. Pero no solo presume del edificio y de su curioso interior, sino que en los alrededores se extiende el parque natural protegido del Domaine d'Abbadia, más de 64 hectáreas llenas de senderos que lo cruzan y corren paralelos a la costa. Desde aquí se pueden ver las famosas rocas gemelas de Hendaya, así como los flysch. Los flysch son formaciones de rocas bien curiosas que forman acantilados y paisajes típicos de la zona.
En Hendaya destaca igualmente la playa de Ondarraitz, cuya longitud llega a los 3 kilómetros y en la que hay espacio para todos, incluidos a los bañistas nudistas que ocupan uno de sus extremos. A lo largo de su paseo, el Boulevard de la Mer, se pueden observar diferentes edificios de arquitectura vasca de comienzos del siglo XX, a las que se atribuye el estilo de neovasco (muchas de ellas pertenecen al mismo arquitecto, el local Edmond Durandeau). Destaca también el edificio del Old Croisière Casino, en la misma playa con un estilo que rompe con la estética del resto, presentando una imagen de arquitectura árabe. A día de hoy hay un centro comercial en su interior.
Para ver la Hendaya más antigua hay que pasear por su casco antiguo. Allí, además de visitar la estación de trenes, conocida porque fue el lugar de reunión entre Franco y Hitler, hay que caminar para llegar a la plaza de la República, el corazón de Hendaya. En ella se celebra un mercado semanal los miércoles por la mañana, un buen momento para comprar productos locales con los que conocer los sabores de Francia. En el centro se ubica también la iglesia de San Vicente, del siglo XVI, en la que llama la atención sus color blanco en contraposición con las ventanas rojas. En su interior echad un ojo a las galerías de madera que la recorren. Igualmente desde del centro, atravesando el frontón, se llega al famoso Camino de la Bahía, un camino paralelo al mar, que ofrece un bello paseo de 14 kilómetros con vistas sobre la Bahía de Txingudi y desde donde se ve también la localidad española de Hondarribia, al otro lado del río Bidasoa.
Qué ver o hacer en Hendaya y alrededores
Zoraida,
Hendaya (Pirineos Atlánticos)
Playa con oleaje, amplia, limpia, cómoda para aparcar. Sin socorrista en algunas zonas.
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