Hostales y pensiones La Maison Du Murier

Información

La Maison du Murier es una coqueta casa de huéspedes con todo el encanto de un establecimiento familiar y completamente restaurada desde 2015. La decoración tanto de las habitaciones como del resto del conjunto destaca por su calidez, su comodidad y su espíritu zen. Tiene tres habitaciones ideales para parejas, que disfrutan de camas dobles, así como una habitación individual. Completan las instalaciones de la vivienda dos baños y dos aseos independientes. Su gran jardín ofrece unas magníficas vistas al puerto deportivo de Daouhët. Tanto la gran sala de estar como la cocina están completamente equipadas.

Se encuentra en la localidad de Pléneuf-Val-André, en plena Bretaña francesa. Su ubicación en la bahía de Brieuc le convierte en un punto ideal para descubrir maravillas como las localidades históricas de Saint-Malo, Dinard y Erquy y los enclaves naturales de Cap Fréhel y el estuario del río Rance, entre muchos otros. Hay numerosas playas de fina arena entre las que elegir además de un amplio abanico de actividades al alcance del visitante: deportes acuáticos, equitación, golf, tenis… En los alrededores también se encuentran varios restaurantes, cine, teatro y casino.

Ubicación

Esta encantadora casa de huéspedes está ubicada en el pintoresco Port de Dahouët, en la localidad de Pléneuf-Val-André. Esta bella localidad de la Bretaña francesa es ideal para aquellos que amen el mar, con una situación privilegiada en el interior de la bahía de Saint-Brieuc. Su playa de fina arena tiene una longitud de dos kilómetros y medio, con una orientación especial que la protege de los vientos del norte. En plena Costa Esmeralda, a diez kilómetros se alcanza la histórica localidad de Erquy, con su imponente castillo de Bienassis y sus murallas de granito rosa. Disfruta nada más y nada menos de 10 playas de arenas finas y un puerto pesquero famoso por sus vieiras. Algo más lejos, a 23 kilómetros, se llega a Cap Fréhel y Fort La Latte. Sus acantilados se encuentran entre los más imponentes de toda la región. Si apetece un paseo más largo, tras 56 kilómetros el viajero se encontrará en la población de Saint-Malo, en la desembocadura del río Rance. El camino de ronda (vigilancia) por la costa ofrece unas vistas impresionantes de esta zona del Atlántico. Conserva unas envidiables murallas que fueron imprescindibles durante años para la protección del enclave.

Algo más cerca respecto a la Maison, está otra localidad llena de historia y patrimonio. Dinard es conocida como la perla de la costa Esmeralda, como elegante centro turístico que destila el ambiente desenfadado de la Belle Epoque. Y no se debe olvidar Saint-Brieuc, ciudad que comparte nombre con la bahía sobre la que se asienta. Su casco urbano está repleto de viviendas de piedra y madera que hablan sobre sus siglos de historia. El puerto de Légué es el acceso natural de la bahía y donde se encuentran las mansiones de los antiguos empresarios marítimos.