​Rennes

​Rennes es una popular ciudad francesa ubicada al noroeste del país y que destaca como capital de la región de Bretaña. La localidad se ubica a 80 kilómetros del océano Atlántico, en la confluencia del río Vilaine, de más de 200 kilómetros de longitud. Los orígenes de Rennes se remontan al siglo II a.C como capital del pueblo galo de los Redones. Los romanos también poblaron la localidad y así se puede comprobar en algunos restos de construcciones antiguas que fueron transformándose en la Edad Media con la llegada de los britanos. En la actualidad la ciudad es un importante centro de innovación tecnológica y ofrece a sus visitantes históricos monumentos para recorrer, así como eventos, festivales y conciertos para jóvenes y adultos.

La ciudad francesa de Rennes ofrece a los turistas decenas de monumentos históricos para recorrer durante su visita a la localidad. El casco antiguo es un lugar de obligada visita ya que muestra unas pintorescas callejuelas con peculiares casas que datan del siglo XVI y que se caracterizan por su entramado de madera. Las dos plazas mayores, la del Parlamento de Bretaña y la del Ayuntamiento, fueron lugares que marcaron profundamente la historia de la región. Otros rincones importantes son la basílica de Saint Sauveur, la catedral de San Pedro, de estilo neoclásico, la Ópera de Pierre Louise y la plaza de la República, donde se encuentra el Palais du Commerce. Las murallas de la villa han ido desapareciendo a lo largo de los años pero aún pueden apreciarse las puertas Mordelaises y algunos restos en la plaza Rallier-du-Baty.

Además de monumentos emblemáticos e históricos, los turistas podrán pasear por rincones tan interesantes como el Thabor, un impresionante espacio público que combina a la perfección un jardín botánico, un jardín a la inglesa, un jardín a la francesa y una orangerie. La oficina de turismo de la ciudad se localiza en la capilla renacentista de Saint-Yves y puede ser utilizada como punto de partida para recorrer interesantes lugares como el museo de Bretaña, la piscina Saint-Georges o el Teatro Nacional. La localidad dispone de muchos bares y restaurantes donde degustar los mejores platos de la gastronomía francesa así como de un mercado de alimentación que se celebra los sábados. La mayoría de locales de copas y restaurantes se encuentran en Chapitre, la Plaza del Champ-Jacquet, Saint-Michel y Saint-Sauveur.

Los turistas que estén buscando lugares para descansar en Rennes descubrirán una amplia variedad de alojamientos. Se dispone de hoteles familiares, hostales asequibles, establecimientos de lujo, campings y albergues para todas las edades. En el centro de la ciudad se emplazan hoteles de estilo familiar y un poco más alejados pueden encontrarse alojamientos con spa, algunos de ellos muy vanguardistas, pensados para la relajación de todos sus huéspedes.

El sistema de transportes de la ciudad de Rennes está perfectamente organizado y los visitantes tienen a su disposición más de 60 líneas de autobuses urbanos y una línea de metro. Además se ofrece un sistema de alquiler de bicicletas que funciona de una manera eficaz desde hace muchos años. La localidad está convenientemente comunicada por carretera y ferrocarril con el resto de la región y con otros municipios cercanos. El aeropuerto Saint-Jacques se sitúa a unos seis kilómetros de distancia.

Rennes es una localidad universitaria en la que se llevan a cabo diversos festivales juveniles como Transmusicales, Stunfest y Travelling. El clima de la ciudad es poco caluroso en los meses de verano y bastante frío en la época invernal. La gastronomía de la región incluye platos típicos como las galettes y crêpes, que suelen acompañarse con sidra o cerveza artesanal.