Montpellier

La bella localidad mediterránea de Montpellier se encuentra al Sur de Francia y es la actual capital de la región de Occitania. Su población se sitúa entre el millón y medio de habitantes y está dentro de las ocho ciudades más pobladas de toda Francia, por lo que es un importante núcleo cultural y popular de la zona sur del país.

En Montpellier saben convivir perfectamente el legado histórico de sus monumentos con los modernos edificios de nueva creación. Por lo que, en esta ciudad de contrastes, se pueden disfrutar tanto las tradiciones más arraigadas como los festivales culturales más modernos y actuales. El centro neurálgico de la ciudad se encuentra en torno a la Place de la Comédie, un lugar muy animado que se conoce entre los lugareños como "el huevo" debido a su original forma ovalada. Este punto divide la ciudad entre la parte antigua, con sus palacios y edificios medievales, y el ensanche moderno al que es posible acceder mediante una red de tranvías de distintos colores creada por el famoso diseñador Christian Lacroix.

El centro histórico de Montpellier cuenta entre sus singulares edificios con la Plaza Saint Roch, famosa por su espectacular trampantojo, la concurrida Calle Foch que termina en un gran arco de triunfo del siglo XVII a modo de puerta de la muralla. Otro monumento de visita obligada es la majestuosa catedral gótica de Saint Pierre que data del siglo XIV. Su facultad de medicina tiene el honor de ser la más antigua del mundo, por ella pasaron alumnos tan ilustres como Nostradamus, Ramón Llull o François Rabelais. Hoy en día, su antiguo colegio real acoge un moderno centro de cultura contemporánea donde se dan cita diferentes disciplinas artísticas.

El nuevo Montpellier ha surgido de la necesidad de abrir su centro histórico al mar, así desde la década de los ochenta, se ha creado un conjunto de nuevos barrios basados en amplias avenidas simétricas con predominancia del juego de perspectiva y la combinación de planos circulares y cuadrados. Un claro ejemplo de ellos es el famoso barrio de Antigone, creado por el arquitecto español Ricardo Bofill que une el centro de la ciudad con el río Lez en menos de ocho kilómetros. Otra de las zonas que merece la pena conocer es Port Marianne pues los singulares edificios del Ayuntamiento y el RBC Design Center, diseñados por Jean Nouvel y François Fontès, no dejarán indiferente a ningún visitante.

Montpellier es una localidad muy activa culturalmente que recibe cada año miles de turistas y estudiantes dispuestos a descubrir todos los encantos de la comarca. De ahí que las distintas opciones de alojamiento disponibles sean muchas y muy variadas. Desde modernos hoteles ubicados en el centro hasta albergues u hostales de ambiente más juvenil y desenfadado pasando por apartamentos, casas rurales o incluso campings cerca de la playa y residencias de estudiantes, la ciudad cuenta con un sinfín de alojamientos a la medida de las necesidades de sus visitantes.

Llegar hasta Montpellier desde España o cualquier otro punto de Europa no es difícil, debido a que se encuentra comunicada tanto por su aeropuerto, situado a solo ocho kilómetros del centro, como por su estación de tren desde la que salen trenes diarios con destino a España y a otras capitales francesas. Desplazarse alrededor de la ciudad también resulta bastante cómodo gracias a su excelente red de transporte público formada por diferentes líneas de tranvías y autobuses. También es muy recomendable alquilar un coche con el que recorrer las preciosas zonas de la Costa Azul y la Provenza conocidas mundialmente por sus bellos paisajes y su exquisita gastronomía.