Información Hôtel Bel Angle
Desde las habitaciones del Hôtel Bel Angle, el huésped queda sorprendido con unas espectaculares vistas sobre el lago Matamale y sobre el pinar próximo. Este es uno de los atractivos de este alojamiento de montaña.
Con unos propietarios atentos y profesionales, los servicios y atenciones del hotel comienzan por la mañana temprano, con un copioso desayuno, variado y de calidad, servido en el comedor. A lo largo del día, en el Hôtel Bel Angle se sirven comidas y cenas con platos basados en especialidades locales y en los que vuelve a combinarse la buena presencia con calidad y cantidad. No hay que dejar de probar un buen vino Roussillon.
Como espacios comunes, el Hôtel Bel Angle dispone de sauna, jacuzzi y sala de juegos. En cuanto al equipamiento de las habitaciones, el viajero encuentra aquí 22 estancias –con capacidad para entre 2 y 4 personas- dotadas de televisión con conexión vía satélite, escritorio y baño completo. Además, hay conexión WiFi por todo el hotel y parking privado, siendo ambos servicios gratuitos.
En suma, que aunque las habitaciones del Hôtel Bel Angle son sencillas, están equipadas con lo suficiente como para que uno sienta el confort después de un día en las cercanas pistas. Hay un transporte gratuito que trae y lleva tanto hacia la nieve como hacia el pueblo de Les Angles.
Opiniones sobre Hôtel Bel Angle
Valoraciones
Alberto, (Roquetes)
Lo mejor la situación a 300 mts del telecabina y el trato familiar. Lo peor la ducha sin cortina. Como sugerencia, estaría muy bien un servicio de ducha el día que dejas el hotel y vas a hacer bikepark. La tienen en la sala que guardas las bicis. Pero está muy bien.
Viaje de escapada en grupo de amigos
Alberto, (Roquetes)
Hotel con una situación inmejorable por estar a 300 mts del telecabina y a 500 del centro de población. Unas vistas sobre el lago de matamala espectaculares desde la habitación y desde el restaurante y terraza y un trato familiar y muy cercano. Dispone de sala para guardar las bicis y las habitaciones son cómodas y con espacio. Sin lujos extremos, pero con todo lo necesario. La cocina excelente y abundante, con una enorme cantidad de deliciosos postres al final de la comida. A tener en cuenta que a las 13'50 ya no aceptan mesas para comer. La única pega con la que me he encontrado en un hotel restaurante con una buenísima relación calidad - precio.
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