La Rochelle

Los primeros datos de La Rochelle se descubren en el siglo X, cuando la localidad era un pequeño pueblo de pescadores. Durante la época medieval fue una ciudad amurallada, como lo atestiguan aún hoy sus varias calles estrechas. La capital de la región Charente-Maritime, ubicada en la costa atlántica francesa, destaca por ser una de las ciudades más atractivas y dinámicas del país.

En el centro de la ciudad se encuentra su histórico puerto donde se yerguen varias torres, que delatan que La Rochelle debió protegerse de los ataques por mar. Desde este puerto partían naves hacia Canadá y buques que transportaban mercancías desde y hacia los países nórdicos. Buen reflejo de ello son las casas de estilo nórdico que hay en los alrededores. Los elementos arquitectónicos más característicos de la zona son sus torres. Es posible visitar las de San Nicolás y Las Cadenas, además de la Puerta del Reloj, una construcción del siglo XIV cuyo pasadizo inferior une el puerto y la antigua ciudad medieval. La ciudad actual presume de una atmósfera burguesa y comercial, y es un placer pasear e ir de compras por las calles peatonales del centro urbano.

Entre las actividades que ofrece La Rochelle se cuentan los paseos por el centro histórico, donde se aprecian estrellas callejuelas, arquerías, soportales y algunas antiguas casas entramadas, construidas con madera y pizarra. Para conocer la historia de este núcleo urbano es interesante visitar y subir a la Torre de la Linterna, desde donde tienes las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Además, es un plan estupendo visitar la cercana isla de Ré, donde los preciosos paisajes naturales armonizan con pueblos encantadores. La bicicleta constituye el medio de transporte idóneo para descubrir esta isla, donde se puede visitar el Museo Ernest Cognacq y también es posible subir ejes de subir al Faro de las Ballenas, para apreciar unas vistas panorámicas excepcionales.

En el centro de la ciudad, donde se concentran varios de sus atractivos, hay numerosas opciones de hotel de distintas categorías. En el segmento superior se encuentran los hoteles de 5 estrellas, cuyos servicios e instalaciones incluyen detalles que marcan la diferencia. Son el alojamiento perfecto para los viajeros más exigentes. Asimismo, hay numerosos hoteles de 4 estrellas, varios de ellos situados cerca de la Torre de la Lanterne, y otros próximos a la estación de tren o el puerto viejo. La oferta de alojamiento se completa con hoteles de 3 y 2 estrellas oportunos para quienes viajan en pareja o en familia, y opciones de hostal muy agradables, situados en distintos puntos del núcleo urbano.

Muchos viajeros llegan a la ciudad a través del aeropuerto de La Rochelle, situado a 6 kilómetros del centro urbano, o en tren, mediante la estación principal de la ciudad, situada a solo 1 kilómetro del centro. En esta zona hay un buen conjunto de alternativas de alojamiento, que incluye prácticos establecimientos B&B. Además de poder alquilar un coche en los puntos de llegada o en la misma ciudad, es posible moverse utilizando el sistema de transporte público, que destaca por ser ecológico y práctico. Se denomina la red Yélo mobile, conformada por autobuses, bicicletas y coches eléctricos.

La Rochelle, con sus 76 711 habitantes, posee un clima soleado la mayor parte del año. Junto al puerto destaca el edificio del antiguo mercado de pescadores, totalmente restaurado, que actualmente funciona como un centro cultural, sede del Festival Internacional de Cine que cada verano tiene lugar en la ciudad. Quienes viajan con niños pueden disfrutar inmensamente de las visitas al fantástico acuario y al parque temático Futuroscope, además de poder montar en los varios carruseles antiguos que hay esparcidos por la ciudad. La cocina de la región es marcadamente marinera, y entre sus ingredientes principales se cuentan las ostras preparadas de diferentes maneras, siempre acompañadas con vino Pineau de Charente.