Marsella

Marsella es la segunda ciudad más poblada de Francia y la más antigua y se encuentra a orillas del mediterráneo, en la región Provence-Alpes-Côte d'Azur (región Paca). Su puerto comercial es el mas importante del mar mediterráneo y el tercero mas importante de Europa tras los de Róterdam y Amberes.

Durante la revolución francesa, un grupo de marselleses hizo una marcha a París con el fin de defender la revolución y el gobierno revolucionario. Durante la marcha, cantaban una canción titulada: “Canción de guerra de la armada del río Rin”, compuesta por Rouget de Lisle, y que rebautizarían los parisinos con el nombre de “La Marsellesa”, que se convertiría en el himno nacional de Francia. Dejando de lado esta anécdota, Marsella ha sido siempre una ciudad importante gracias a su puerto que ha acogido un gran número de fábricas siendo el principal punto comercial de Francia. Además era la puerta de entrada de los inmigrantes que venían a Europa desde las colonias francesas. El crecimiento de la ciudad ha estado ligado desde siempre al puerto, alrededor del cual, la ciudad se ha ido dilatando con la forma de un anfiteatro enorme. Cabe destacar que se trata de una ciudad con una densidad de población bastante baja, lo que le da una gran extensión a esta ciudad que recibe más de tres millones de turistas cada año.

Marsella cuenta con un gran número de museos tales como el museo de Historia que posee un sinfín de restos romanos y griegos o el museo de Bellas Artes, podemos dilucidar que estamos ante una ciudad consagrada al arte y a la cultura. Nos encontramos con obras arquitectónicas como el famoso Castillo de If, que describe Alejandro Dumas en su novela El conde de Monte Cristo, la iglesia de Nôtre-Dame de la Garde, la basílica de Sainte Marie la Majeur y otros edificios como el ayuntamiento, el palacio Long-champ o la abadía de Saint-Victor de Marsella. Uno de los barrios más importantes y de obligada visita es el de “Le Panier”, repleto de panaderías y de tiendas con productos típicos de la región como el chocolate artesanal, y donde podemos degustar el aperitivo provenzal por excelencia, el pastis.

Esta ciudad ofrece una gastronomía típicamente mediterránea, con aceite de oliva y ajo como ingredientes principales y muchas frutas, verduras y pescado. En la Provenza, destacan platos típicos como la Bullabesa, “les pieds et paquets”, los Calissons (pastelillos de almendras) de postre y una gran variedad de salsas como el alioli. Marsella es conocida igualmente por el jabón, y fue el ministro de Luis XIV, Colbert, el responsable de la denominación “Jabón de Marsella”.

Marsella se extiende a lo largo de la costa, con lo cual se aprovecha de las pequeñas islas y calas, que constituyen un paisaje delicioso para el turista y donde se pueden practicar un gran número de deportes. Y hablando de deporte, Marsella tiene uno de los equipos de fútbol más importantes de Francia y uno de los más laureados, el Olimpique de Marsella. También son importantes el rugby, la vela y el ciclismo, este último puesto que Marsella constituye un lugar de paso obligatorio del Tour de Francia.

Marsella se convierte así en un refugio perfecto para aquellos turistas que buscan la tranquilidad y el sosiego del Mediterráneo, con un sol que calienta pero no molesta y unas preciosas playas turquesas. Es Marsella una ciudad cultural, que propone muchas actividades de ocio y cultura, pero al mismo tiempo estamos ante una ciudad cosmopolita, intercultural y que integra a otras culturas. ¿No cree que sería interesante verla con sus propios ojos?