Grenoble
Es posible que viajar por Francia sea una fuente inagotable de experiencias muy distintas. En gran parte, esto se debe a la presencia de ciudades como Grenoble, uno de los destinos que más fuerza ganan en los últimos tiempos en el país galo. Su historia, los monumentos que conserva y un ambiente en el que el ocio parece estar presente en todos los lugares son los ingredientes fundamentales de una estancia en esta ciudad. Así, no es nada arriesgado decir que Grenoble es el destino perfecto para familias, grupos de amigos o, simplemente, parejas que desean disfrutar de su tiempo explorando la naturaleza o visitando monumentos.
Lo primero que hay que hacer en Grenoble, si se tiene la oportunidad de visitar esta zona de Francia, es explorar la riqueza patrimonial de la parte histórica de la ciudad. Una parada obligatoria es la que hay que realizar en Notre Dame, la catedral de la ciudad que lleva en pie desde el siglo XIII y que es uno de los edificios más emblemáticos de la zona. Por supuesto, buscar los restos de la antigua muralla romana es también esencial, y es que se trata de uno de los lugares que mejor muestran la importancia que ha tenido la ciudad desde la antigüedad. Por otro lado, la place Sainte Claire es uno de los espacios más concurridos y tradicionales de la localidad. Otros lugares como la place de Verdun o el parque Paul Mistral se encuentran dentro de la lista de los espacios más valorados de esta localidad.
Hay planes que no pueden faltar si se tiene la suerte de disfrutar de una estancia en Grenoble. Por ejemplo, los viajeros podrán subir el teleférico a la zona conocida como La Bastille. Esta experiencia es de lo más interesante, ya que ofrece las mejores panorámicas de la ciudad y, además, se llegará a un espacio apartado del centro urbano que contiene museos como el de las Tropas de Montaña que resultan muy interesantes. El mismo fuerte es todo un monumento, ya que lleva en pie desde el siglo XVI. Tampoco está mal incluir en la visita los museos que se encuentran en el centro de la ciudad como, por ejemplo, el de la Resistencia, un lugar que rinde homenaje a todos los que lucharon en esta zona en la Segunda Guerra Mundial y que cuenta con una colección de lo más interesante.
Grenoble es una de las grandes ciudades francesas, por lo que es posible encontrar una oferta de alojamiento tan completa como variada. Sin ir más lejos, la ciudad pone a disposición de los viajeros desde habitaciones en un hotel de alto nivel hasta camas en habitaciones compartidas de un hostal. Todas las opciones están abiertas, por lo que cualquiera puede disponer del alojamiento que mejor encaje con sus necesidades.
Esta localidad está conectada con todas las grandes capitales de Francia mediante autobuses y tren, por lo que se puede llegar hasta ella fácilmente. También es posible conducir para visitar. Por ejemplo, Lyon se encuentra a 1 hora y 10 minutos de camino por la A43 y es uno de los lugares más interesantes de los alrededores.
Comer en esta zona cercana a los Alpes es algo que no hay que dejar de hacer. Especialmente si se eligen los productos locales, y es que la gastronomía es todo un atractivo de Grenoble. Por ejemplo, sus nueces, la miel o las frutas que crecen cerca de sus montañas son muy aconsejables. También el gratinado delfinés, uno de los platos más tradicionales de la región.
Qué ver o hacer en Grenoble y alrededores
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