Jakarta

Cuando pensamos en Indonesia, seguramente si hiciéramos una encuesta, el 97% de los que participaran relacionaría este país con Bali, un destino muy apreciado por sus playas y hoteles de primera categoría a muy buen precio. Muy pocos lo harían con Jakarta. No obstante esta urbe de más de 4 millones de habitantes es la capital del país. Se localiza en la isla de Java, un destino con lugares bien interesantes como el volcán de Bromo o el templo Borobudur, entre otros. Es fácil moverse por la isla en tren, así que no hay excusa para no visitar otros puntos de Java durante la estancia. Rompamos una lanza a favor de esta ciudad en la que además encontraréis poco turismo occidental y disfrutaréis de la esencia asiática.

Jakarta es una población de unas dimensiones descomunales. Su área metropolitana puede llegar a tener unos 30 millones de habitantes. En sus distritos financieros los rascacielos pelean por ser los más altos y tener el diseño más moderno. Allí, quizá el lugar más conocido y a la moda es el Skybar, un local en la azotea de un edificio con piscina desde el que se puede tomar algo mientras se ve la vida de Jakarta a los pies. Pero nuestro paseo por Jakarta comenzará en el barrio antiguo de Kota Tua, emplazamiento donde se instalaron los holandeses y construyeron sus casas de estilo colonial que todavía se conservan. Hay que acercarse hasta el Museo de Historia en la plaza Fatahillah, que ocupa el antiguo Ayuntamiento y que también fue sede de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Es una zona con un montón de cafés, restaurantes y bares con ambiente muy agradable a la que os animamos a ir tanto de día como de noche.

El símbolo del país es un monumento, similar a un obelisco, conocido con el nombre de Monas, de 132 metros de altura, situado en una plaza de una amplitud inmensa. Se puede subir para ver la panorámica desde arriba, pero si no apetece hacerlo, también es interesante ver el museo que hay en la parte baja sobre la historia del país. Tampoco hay que dejar de visitar la Mezquita Istiqlal, que como todo en Indonesia, es de gran capacidad (caben hasta 120.000 personas en su interior). Es una construcción moderna, pero merece la pena entrar para descubrirla por dentro. Justo enfrente está la Catedral Católica de Jakarta, de principios del siglo XX.

Una zona muy interesante para el viajero es la de Ancol, donde se puede disfrutar del ambiente de playa y darse un baño o simplemente pasear al atardecer. Para entrar en la zona hay que pagar entrada. Además es desde aquí desde donde parten numerosos barcos que llevan hasta las islas de los alrededores, muchas de ellas vírgenes, en las que pasar un buen día al sol. En Ancol se localizan también otras atracciones como el Sea World, un acuario para conocer la fauna del mar de Indonesia, que sorprenderá por la riqueza de especies que lo habitan. Para llegar a él, hay que entrar en el Ancol Dunia Fantasy, una zona de ocio para todas las edades con atracciones que harán las delicias de grandes y pequeños.