Bérgamo, la Italia desconocida

Hermosa y llena de encantos, cultura, historia y vida cotidiana, y de la que Stendhal dijo era el lugar más hermoso sobre la faz de la Tierra, la ciudad de Bérgamo (norte de Italia; no lejos de Milán) es lugar poco visitado por turistas y viajeros, quienes suelen quedar asombrados por la ingente belleza custodiada tras los altos muros de su bien conservada muralla, en el medieval sabor que desprenden sus viviendas, campanarios, cúpulas, agujas de la que es la parte más antigua de Bérgamo, la llamada Cittá Alta (Ciudad Alta).

Para llegar hasta la parte más alta de la ciudad, lo suyo sería coger el funicular que hasta allá llega y bajar andando, callejeando, descubriendo soberbios edificios y espacios como la Basílica di Santa María Maggiore (siglo XII y soberbio fresco de la Última Cena que uno no puede perderse); la Piazza Vecchia (plaza vieja); Palazzo della Ragione (palacio de la Razón, siglo XII, el ayuntamiento más antiguo de Italia –s.XII-); El Campanón (s. XII; cada noche, a las diez, la campana suena cien veces); Palacio Nuevo (s. XVI; guarda un original de La Divina Comedia); Capilla Colleoni (obra de arte arquitectónica del Renacimiento, valiosos frescos de Tiepolo); La Rocca (fortaleza cuyos orígenes se remontan al siglo VI) Cuando la visita monumental y turística acabe, la comida o cena esperará en alguno de los restaurantes y trattorias instalados en los alrededores de Porta Nuova, en la parte baja de Bérgamo. Aunque la cocina local ofrece variadas y sugerentes especialidades regionales, sería conveniente no salir de la ciudad sin probar los famosos Casoncelli alla Bergamasca, unos os raviodeliciosles rellenos de carne, salame, peras y uvas pasas. Simplemente deliciosos.