Un cementerio de ficción en Cinzano

Si, ya se sabe que el autor del Principito, de nombre Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry, para más señas, piloto, además de escritor, desapareció en el Mediterráneo en plena Segunda Guerra

Y es que en esta población, a tiro de piedra de Turín y en la que nació la universal bebida, un colectivo de artistas llamado Eredi Brancusi, convirtió, allá por el año 1999, el bosque de Pocapaglia en el cementerio de la ficción. Allí no hay nadie enterrado.

Aquel no es un cementerio de personas, sino una suerte de camposanto de obras maestras y personajes universiales de la literatura. Aquí y allá, en piedra tallada, se pueden leer los nombres de Piccolo Principe (El Principito); Berenice, llegado desde las páginas de las Narraciones Extraordinarias de Edgar Allan Poe; Cosimo Piovasco di Rondò, el adolescente rebelde moldeado por Italo Calvino; el trágico recuerdo de Dorian Gray… el juego se mantiene a la salida del cementerio, donde un enigmático coche enterrado entre ramas, plantas y musgo invita a seguir viajando… con la imaginación.

Que nadie se extrañe si ve como visitantes, de toda edad y condición, van hasta allí con flores y velas… e, incluso rezan por sus libros o películas favoritas