Boi Taüll, la cota más alta de los Pirineos

A esta estación de esquí del Pirineo de Lleida no sólo se viene a esquiar, también se viene a disfrutar del espectacular entorno natural que la rodea. Por eso, nada más llegar, no estaría de más acercarse a los miradores allí instalados: Balc del Cerb y Puig Falc. Desde allá arriba el visitante, después de abrazar con la vista el valle de Boí, sus pueblos, sus cumbres y el Parque Nacional d'Aigüestortes, probablemente sienta que le faltan las palabras para expresar lo que desde allí ve. Boí Taüll también puede ser inmejorable punto de partida para descubrir uno de los mejores tesoros arquitectónicos que en todo el mundo pueden conocerse: las iglesias románicas del Valle del Boí. Son Patrimonio de la Humanidad, así que quizás no sería del todo mala idea acercarse a conocer estos templos de formas tan deliciosas como toscas. Por no hablar de unas termas del balneario de Caldes de Boí.Para los aficionados a la escalada y al parapente, los alrededores de la estación de Boí Taüll también ofrecen sugerentes propuestas. Para los primeros, en la presa de Cavallers hay vías de escalada que van de los diez a los mil metros, incluyendo algunas en hielo (o sea, ideales para dar los primeros pasos y descargar adrenalina). Para los segundos, a lo largo de todo el valle del Boí hay distintas empresas que contratan vuelos en parapente.Estación de esquí de Boí TaüllActividades y excursiones no faltarán en esta estación, tanto para antes como para después del esquí. La estación cuenta con un total de 45 kilómetros esquiables repartidos en 43 pistas de todos los niveles. Aunque más pensadas las instalaciones de Boí para el esquiador medio –hay nada menos que veintisiete pistas rojas-, ni principiantes (9 verdes, 5 azules) ni avanzados (8 negras) saldrán defraudados.Orientados hacia el norte la mayor parte de los 45 kilómetros de sus pistas balizadas, el frío propio de la umbría mantiene la nieve en condiciones más que aptas para el esquiador, al tiempo que permite poner en funcionamiento los cañones. Otra de las características de la estación que más aprecian, tanto los amantes del ski como de la tabla de snow, es que la mayoría de las pistas están en una ladera abierta, sin árboles y casi sin obstáculos que entorpezca las bajadas, lo que convierte a Boí Taüll en una de las estaciones más seguras de España.Además, y como no podía ser de otro modo, puesto que Boí Taüll es una estación muy completa, los amantes del snowboard también encuentran su lugar: un snowpark. 50.000 metros cuadrados de espacio con saltos, barreras y deslizamientos; en definitiva, con todo lo necesario para practicar las figuras más increíbles. Si se quiere aprender a esquiar, hay más de cien monitores especializados en todo tipo de edades y, además, para los más pequeños hay un parque de nieve infantil en el que pueden hacer los primeros pinitos.