La Cabrera, un archipiélago que es parque naciona

Y es que, aunque a veces se suele llamar a este paraje simplemente por la denominación Isla de la Cabrera, lo cierto es que el mismo es un archipiélago formado, nada menos, que por dieciocho pequeñas islas e islotes situadas al sur de la isla de Mallorca.

Territorio militar, además de parque nacional marítimo terrestre, sólo hay dos maneras de acceder a la zona. O bien se hace en barco propio, en cuyo caso habrá que solicitar el correspondiente permiso; o bien se hace viajando en alguno de los cruceros turísticos que, diariamente, salen desde los puertos mallorquines de Colonia Sant Jordi y Porto Petro, no siendo entonces necesario solicitar permiso alguno, pues son las empresas concesionarias de las rutas las que se encargan de ello.

En realidad, da lo mismo el modo en el que se haga la excursión marítima, lo esencial es no dejar de conocer un territorio que alberga uno de los más valiosos tesoros biológicos de todo el mar Mediterráneo, tanto en superficie como bajo las aguas. En lo referente a los primeros, el archipiélago es, en toda su extensión, escala para más de ciento cincuenta especies de aves migratorias. En cuanto a los fondos marinos, están habitados por más de doscientas especies de peces y mamíferos marinos (delfines, calderones, cachalotes, morenas…) por no hablar de los innumerables invertebrados endémicos que allí viven (como por ejemplo, pulpos). O sea, que lo que los ojos ven en la superficie no es más que la punta del iceberg de lo que en realidad existe en la parte submarina del archipiélago.

No es fácil acceder al parque, sobretodo en temporada turística alta, pues el número de permisos diarios es de trescientas personas. Allí no vive nadie de forma permanente y tan sólo un castillo del siglo XIV, ya en ruinas y destruido en numerosas ocasiones, habla de una pasada presencia poblacional. Así pues, todo lo que allí espera al viajero es un paraíso casi virgen, dibujado de acantilados, bahías, calas y aguas transparentes. Delicioso, atractivo y sugerente, La Cabrera tuvo también un pasado infernal para los cerca de nueve mil soldados franceses que, tras la Guerra de la Independencia española, estuvieron años recluidos aquí, padeciendo miserias sin fin. Y es que los sufrimientos que tuvieron que soportar aquellos hombres, abandonados a su suerte por España y Francia, constituyó una verdadera tragedia: tan sólo sobrevivieron 3.600; muchos fallecieron víctimas de enfermedades, de hambre y de sed; víveres y agua eran tan escasos que los soldados tuvieron que comer plantas silvestres, lagartijas, ratas... y hasta compañeros muertos. De la tragedia hoy sólo queda un modesto monolito y un pequeño museo, instalado en una vieja casa, en la que el visitante puede conocer un poco más la historia de este archipiélago.

DATOS PRÁCTICOS

http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/cabrera/index.htm