Genoveses, un paraíso en Cabo de Gata

Mil ciento ochenta metros de largo por cuarenta de ancho. Estas son las dimensiones de esta playa, aislada de todo, que espera, en el parque natural de Cabo de Gata, a todo aquel que quiera disfrutar de un paraíso en la Tierra. Rodeada de vegetación, quien se llega hasta aquí lo que encuentra es una bahía virgen, sin cemento, tendidos eléctricos, chiringuitos, carreteras (se llega por un camino de tierra)… Aunque se puede llegar en coche, nadie se arrepentirá de llegarse hasta allí andando por un sendero que sale desde la localidad de San José y que, dibujando el perfil de la bahía, llega hasta el arenal (Ojo!... no es apto ni para cochecitos ni para bicicletas, tan sólo para andarines). Recorrido de singular belleza, cuando la playa aparece ante los ojos del caminante, lo hace, rodeado el camino de lavandas, espartos y tomillos, en forma de bosque de eucaliptos, de mar de dunas. La protección contra los azotes del viento está asegurada. Playa de arena fina, cuando uno entra en el agua, tendrá que andar un buen trecho hasta llegar a zonas en las que el agua ya cubre. Además, a quinientos metros de la playa, hay un parking público. Hay que dejar allí el coche y, desde allí, caminar por un camino ancho y liso… éste si, apto para carritos y bicis. Ideal para pasear por el borde de la playa, los usuarios del lugar son muy permisivos acerca de cómo tomar el baño. Quien quiera hacerlo con bañador, podrá hacerlo. Quien prefiera hacerlo desnudo, pues también.