Parque Natural Sierra de Huétor

Basta con echarle un vistazo a este parque natural, ubicado en pleno corazón de la provincia de Granada, para darse cuenta de que el espacio es una suerte de concatenación de serranías, empezando por la de Huétor (que da nombre al parque) y siguiendo por las de Alfaguara, Cogollos, Diezma, Beas y las estribaciones sur de la de Arana. O sea, que para recorrer de cabo a rabo el agreste y sugerente paraje de este parque habrá que atravesar los términos municipales de Cogollos Vega, Huétor Santillán, Beas de Granada, Víznar, Alfacar, Nívar y Diezma. Toda una excursión. Entre encinares, quejigales, rebollares, sabinares y pinares, el viaje por este paraje de media montaña, no excesivamente alejado de la capital de la provincia, se hace entre abundante vegetación, estrechos valles y verdes lomas. La vista se irá hacia aquí y hacia allá, dado lo variado y diverso del hábitat… un hábitat poblado –además de por las, aproximadamente, diez mil almas humanas que viven en el territorio- por todo un catálogo animal mediterráneo: cabra montés, garduña, jabalí, ratonero común, jineta, comadreja, tejón, gato montés, zorro… la verdad es no falta casi ninguno de los mamíferos que el viajero espera encontrar aquí. Incluso, si se mira hacia arriba, no será difícil descubrir el elegante vuelo de águilas reales y ratoneros negros planeando sobre las cabezas del viajero. Y es que, surcado por los ríos Darro y Fardes, la vida aquí florece por doquier… y si no lo hace más es porque la cercana mole de Sierra Nevada le hurta de parte de las precipitaciones que llegan desde el mar. Una vez que se llega hasta aquí, la necesidad de ponerse a caminar es casi consecuencia inmediata al viaje. Uno ve el territorio desde la ventanilla de su coche e, irremisiblemente, siente ganas de perderse por él. Así, surcado de caminos y senderos –hay un centro de visitantes en Víznar en el que se puede pedir información- no hay más que elegir el más apetecible y sugerente y gozar de un territorio cubierto de bosques en una gran parte de su extensión. Una buena opción, si se tienen unas 4-5 horas de tiempo, sería la Ruta (circular) de la Cañada del Sereno. Con vistas hacia las altas cumbres de Sierra Nevada, la caminata (11,5 kilómetros y balizada) incluye desde barrancos y profundos pinares hasta trincheras y nidos de ametralladoras construidos durante la Guerra Civil, puesto que esta zona fue línea de frente entre Granada (bando nacional) y Guadix (bando republicano). Comenzando a caminar desde la Casa forestal de Los Peñoncillos, donde habrá que dejar el coche –y luego, evidentemente, recogerlo-, el sendero se hará fácil e interesante, con paneles que explican interesantes aspectos de la fauna, flora y costumbres de la comarca.