Información
En el Hotel Do Mar los huéspedes podrán disfrutar de la tranquila localidad de costa de Povoacao, a orillas del mar. El pueblo está rodeado por colinas en las que se pueden hacer rutas de senderismo. El hotel ofrece habitaciones acogedoras para una o dos personas, con baño privado, televisión y conexión Wifi. En el exterior tiene jardines y disponen de una piscina al aire libre con zona de solárium. En las zonas comunes se puede disfrutar de zonas con sofás para descansar y conversar. Además, hay un bar y ofrecen desayunos y aperitivos. Los huéspedes pueden organizar eventos en la sala de celebraciones con capacidad de hasta 50 personas, con pantalla y proyector. En la zona de recepción ofrecen información turística y tienen servicio de fax y fotocopiadora. La conexión Wifi está disponible en todo el hotel y cuentan con aparcamiento exterior para los vehículos y con garaje.
Opiniones
Opiniones
13 OpinionesAnónimo, viajó en
Viaje de vacaciones en grupo de amigos
El hotel es excelente. Teníamos una habitación con vistas al océano, vista increíble. Habitación limpia, camas cómodas. Muy buen desayuno, todo sabía. El personal muy amable y servicial. Aparcamiento bajo el hotel. Ya echamos de menos... Fue una semana excepcional.
Jose Raul, viajó en
Madrid
Viaje de vacaciones en pareja
Fuimos a pasar una semana en las azores, el hotel tiene una situación pegada al puerto y muchísima tranquilidad. Los desayunos podrían ser mejores pero no se puede poner muchas pegas. Las habitaciones son amplias y cómodas aunque el mobiliario quizás tendría que mejorar. La televisión solo tiene un canal de españa. La limpieza no se puede poner pegas, la habitación, camas, toallas perfectas. Lo peor, la recepción. Al llegar, de primeras te dicen inglés o portugués, les indicas que somos españoles y lo siguiente es inglés o portugués, no se esforzaba lo más mínimo, al final portugués. Durante el fin de semana había una joven, desconozco su nombre pero tenía brackets, tanto al salir como al entrar la saludábamos por educación, nos miraba y agachaba la cabeza y como si nada, si le preguntabas algo te miraba con mala cara. Me llevé una desagradable imagen del hotel por las jóvenes de recepción. Un día antes de marcharnos, salíamos temprano, había otra joven y le contamos que quizás no pudiésemos desayunar, teníamos el vuelo temprano, nos atendió con una sonrisa e incluso se ofreció a solicitar un desayuno para llevar. Con personal así no tendrían problemas.