Centro de Lisboa

El centro histórico de Lisboa se acomoda en la denominada Baixa Pombalina, un área en bajo que fue restaurada por el Marqués de Pombal tras el terremoto y maremoto que destrozó parte de la ciudad el 1 de noviembre de 1755. Este acontecimiento causó la muerte a miles de lisboetas y destruyó el 85% de los edificios de la villa (incluida una gran parte de la catedral). No obstante, la reconstrucción trajo consigo un nuevo estilo que pintó de colores a la capital de Portugal.

Los pasos de los turistas que visitan Lisboa cruzarán en un momento u otro la peatonal Rua Augusta, ya que ésta es una de las calles principales del centro histórico. Si se sigue su trazado los curiosos se verán transportados desde la Praça del Rossio hasta el Arco Triunfal, donde al atraversarlo, se encontrarán en medio de la hermosa Praça del Comercio, abierta al estuario del río Tajo.

En la Baixa Pombalina la mayor parte de las calles son peatonales y su firme está compuesto por pequeñas baldosas cuadradas blancas y negras que se alternan haciendo dibujos. En los edificios se atrincheran comercios y restaurantes, además de cafeterías, que ofrecen pasteles y café a precios económicos. Es también en la Baixa Pombalina donde se sitúan un gran número de hoteles, sobre todo, en el área de la Avenida da Liberdade y de la Praça dos Restauradores.

Al caminar por el casco antiguo, llamará la atención de más de uno una estructura de hierro de 45 metros que no es sino el Elevador de Santa Justa, que une el centro con la parte de Chiado y el Barrio Alto. El Elevador de Santa Justa ofrece un viaje de subida y de bajada por pocos euros y una panorámica muy extensa del centro de Lisboa. Fuera del centro esperan otros tesoros como el Monasterio de los Jerónimos, el barrio de la Alfama (donde el fado se hace arte), el Castelo Sao Jorge, el Parque de las Naciones o los propios barrios de Chiado y Barrio Alto... ¿Qué tal un viaje en el tranvía 28 para conocer alguno de los mejores rincones de Lisboa?