Edimburgo

Si visitamos la ciudad de Edimburgo, capital de Escocia, y recorremos sus calles, sus castillos, sus impresionantes casas y edificios, asombra la belleza que desprende este lugar. Bajo nuestros pies, además, se encuentra otra ciudad que, tras muchos siglos enterrada, se muestra a través de su historia. Actualmente, tiene medio millón de habitantes.

En la Edad Media, dada la falta de recursos para poder construir nuevas viviendas, los edificios se fueron amontonando verticalmente, es decir, las casas se construían encima de las ruinas de otras, llegando a tener hasta 10 alturas. Así, los ciudadanos más desfavorecidos pasaban a vivir en las plantas inferiores, y las clases altas vivían en la superficie.

Abajo se acumularon la delincuencia, el comercio de mercado negro, la prostitución, las enfermedades, las plagas y una falta alarmante de higiene, y esto aumentado por los "vecinos de arriba" que tiraban todos los residuos a la zona subterránea.

Todo esto provocó que llegara la peste bubónica en 1645 a la segunda ciudad más grande de Escocia. La zona mas afectada fue Mary King’s Close y alrededores. Según algunas leyendas escocesas, las autoridades decidieron tapiar la zona para evitar que los enfermos contagiaran a la población de arriba, y allí abajo los dejaron enfermar y morir; un tiempo después, derribaron los muros, y desde entonces, extraños y misteriosos sucesos envuelven la ciudad de Edimburgo.

Se sitúa a orillas del fiordo del río Forthy, y los distritos The Old Town y The New Town (ciudad antigua y ciudad nueva) fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Además de recorrer sus calles, otro de los grandes atractivos de esta ciudad es el Festival Internacional de Edimburgo, uno de los eventos de actuaciones en directo más grandes del mundo.