Un viaje a la vieja York

Considerada la ciudad de toda Inglaterra en la que mejor se come y se bebe (y la quinta de Europa, según la web Trip Advisor); la patria del jamón dulce; la ciudad que sirvió de referencia nostálgica a la ciudad (hoy de los rascacielos) levantada al otro lado del Atlántico. Esa es York, la británica York, la vieja York… la York romántica, medieval, amurallada, encantada que comenzó a nacer hace dieciocho siglos, cuando el emperador romano Constantino eligió el lugar para levantar aquí un campamento militar.

El viajero que llega por primera vez a York (lo mismo que si lo hace por segunda, tercera..) lo primero que suele hacer es buscar la hermosa catedral gótica que despunta sobre los tejados de York. Comenzado a construir en el año 1220, el templo es sencillamente delicioso, como lo son las comidas servidas en los restaurantes y tabernas abiertas en los alrededores. En uno de ellos, de nombre St. Sampson\'s Square, se pueden conocer, incluso los restos de unos baños romanos allí descubiertos.

Los romanos fueron los primeros habitantes de York, pero después llegaron otras culturas, empezando por los vikingos que invadieron el asentamiento hacia el año 1000 para fundar, sobre él, la aldea de Jorvik. Las ruinas de aquella población pueden ser visitadas en el Jorvik Viking Centre, una suerte de parque temático del pasado vikingo de York. Subidos a un trenecito, los visitantes recorren las ruinas in situ, y pueden ver, oír y hasta oler el villorrio tal cual fue aquel Jorvik.

Junto a las ruinas vikingas, calles de fotogénico aire medieval esperan a viajeros y turistas (no en vano, The Shambles tiene fama de ser la calle más fotografiada de Inglaterra). Sin duda que por estas callejas, si es la hora y no se ha hecho aún, se encontrarán muchas interesantes propuestas gastronómicas con las que saciar el apetito… antes de buscar, de nuevo cerca de la catedral, los torreones, adarves y lienzos de piedra de una muy bien conservada muralla –curiosa la sucesión de huertos y patios traseros que los ciudadanos mantienen y cuidan entre los lugares de Peasholme y Petergate-.

La larga Historia de la ciudad también da, más que de sobra, para lanzar interesantes propuestas culturales en forma de museos como el Yorkshire Museum la York Gallery – en sus jardines se hallan también las ruinas góticas de St. Mary Abbey, arrasada por los primeros protestantes-; uno de los mejores museos del ferrocarril de todas las Islas Británicas o el York Castle Museum, una interesante recreación de la Inglaterra victoriana en la que, por no faltar, no faltan ni calles empedradas ni coches de caballos, oficios... y hasta la mazmorra en la que esperó su ajusticiamiento, allá por el año 1739, el famoso bandido (y televisivo) Dick Turpin. Una buena forma de casi terminar el día… antes de embarcarse en un crucero por el río o, ya al caer la noche, apuntarse a uno de esos paseos nocturnos que, cada noche, recorren York con enfoques tan variados como el cazafantasmas, cuentacuentos o policiaco. Y luego a dormir, quien pueda, después de tanto susto y misterio.