Santo Domingo

Enclavada en el Caribe, en la desembocadura del río Ozama, Santo Domingo reluce en la República Dominicana como una ciudad llena de vida, en la que no falta el patrimonio, las tiendas, los restaurantes y la buena vida. Un lugar que merece la pena ser recorrido para conocer su pasado, en el que el colonialismo ha dejado su impronta en los edificios privados y religiosos.

El lugar más destacado de la ciudad es la llamada Ciudad Colonial (también conocida como Zona Colonial), declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un recinto en el que se puede visitar la primera catedral y el primer castillo del Nuevo Mundo. Esta zona fue el primer asentamiento europeo en América en el año 1502. Allí hay mucho que ver, así que hay que dedicarle el tiempo necesario para conocerla a fondo para disfrutar de su encanto.

Para ello, hay que calzarse unos zapatos cómodos que nos permitan pasear por los adoquines que nos guiarán por estrechas calles que nos enseñarán sus edificios coloniales. Caminando os iréis encontrando con todos los edificios que salen en las guías de viajes como lo son la Catedral Primada de América, la Fortaleza Ozama, el Alcázar de Colón o el Museo de las Casas Reales, entre otros muchos. En esta zona de la ciudad se ubican igualmente un gran número de hoteles que ocupan edificios históricos. Sobre todo se extienden por las calles de El Conde y Las Damas.

La Catedral Primada se consagró en 1504 y presenta un estilo gótico con bóvedas nervadas, paredes gruesas y tres puertas, una de ellas de gótico plateresco. Merece la pena traspasarlas para descubrir los tesoros de su interior en donde destaca la antigua tumba de Cristóbal Colón, en donde descansaron sus restos antes de ser trasladados a Europa. Igualmente sobresale en Zona Colonial el primer castillo en América, la llamada Fortaleza Ozama, levantada a principios del siglo XVI para defender la isla de los ataques de los piratas y de los conquistadores ingleses, franceses y portugueses.

En Ciudad Colonial también se pueden encontrar restaurantes típicos donde dejarse seducir por la típica gastronomía de la isla. Un plato muy extendido y popular es el sancocho, una opción para carnívoros con un caldo hecho a base de diferentes tipos de carnes, mezclado con raíces, auyama y verduras. Igualmente en las cartas de los menús no faltarán los platos con arroz, con tostones (hechos con plátano), con yuca y con pollo guisado. Para terminar el día se puede ir hasta la zona del Malecón para ver el atardecer y tomar una cerveza. Fuera de Zona Colonial, Santo Domingo guarda más secretos como las impresionantes cuevas de Los Tres Ojos, de 15 metros de profundidad, en las que os sorprenderán tres lagunas rodeadas de estalagmitas y vegetación. Para llegar a ellas habrá que cruzar el río.

La República Dominicana se relaciona con Punta Cana. Para ir hasta estas playas paradisíacas habrá que coger transporte público o privado y hacer un viaje de aproximadamente cuatro horas. Eso sí, el trayecto merecerá la pena por lo que espera en destino.