El Gran Cañón de Túnez
A unas seis horas por carretera desde Túnez ciudad, camino del desierto, por las carreteras P2 y P3, el camino no se hace difícil, por mucho que las señalizaciones no sean, precisamente abundantes. Llegado el viaje a la ciudad de Gafsa, no habremos más que preguntar –si es que se tuviera alguna duda sobre el camino a tomar-. Lo sabremos cuando en el arcén de la carretera comiencen a surgir los puestos de recuerdos - minerales, cerámica, pañuelos para el cuello, turbantes, pareos, ...-.
Visto desde las alturas, desde el borde del cañón, el paisaje que se abraza desde allí es sencillamente espectacular. La mejor hora para llegarse hasta Mides es la última hora del día, justo antes de que el sol se esconda por el horizonte. Es entonces cuando los tonos de este espectacular tajo serpenteante se convierte en una paleta de colores multicolor que va del crema al rojo oscuro.
Estratificados los tonos de la hoz en armoniosa combinación que habla de los distintos grados de erosión que, con el paso de los millones de años, fueron horadando tres kilómetros de garganta a una media de treinta metros de profundidad, el viajero enseguida entiende el porqué muchas películas (no sólo El Paciente Ingles) fueron rodadas aquí. Ah, y a quien le guste la Historia, aquí y allá el viaje irá encontrando caminos que fueron trazados por los tanques del mariscal Rommel cuando, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, estuvo por aquí con los tanques panzers de la Alemania nazi.