Monastir
En la región central de Túnez, Monastir disfruta de una ubicación perfecta para atraer cada año a miles de viajeros que buscan sol, playa y buenas instalaciones hoteleras. Y es que esta ciudad, que cuenta con el Aeropuerto Internacional de Monastir, ha sabido sacar partido a sus playas de arena fina, creando un lugar ideal para el descanso.
Destacan los arenales de Skanès y Dkhila, dos playas amplias de arena fina y clara, bañadas por las aguas cálidas del Mediterráneo. Alrededor de ellas se han establecido hoteles de grandes cadenas internacionales que ofrecen instalaciones de cuatro y cinco estrellas en primerísima línea de mar. Los alojamientos están dotados de todos los servicios que van a necesitar los huéspedes, con piscinas varias, centros de spa, restaurantes de cocina internacional, animación... Y todo ello a pie de playa. Sobre la arena, además, los viajeros encontrarán un mundo muy animado gracias a las empresas locales que disponen de una amplia oferta de actividades deportivas tanto acuáticas como de todo tipo. No es raro que los viajeros se animen a probar su habilidad conduciendo motos acuáticas o demuestren su valentía haciendo parasailing. Para los más tranquilos, también hay excursiones en barcos por la costa tunecina.
Igualmente Monastir destaca por ser uno de los destinos favoritos en Túnez de los amantes del golf, ya que en la zona hay varios campos que se adaptan a los gustos de los jugadores. Así en el área de Monastir se pueden encontrar lugares como el Flamingo Golf Course, una joya para veteranos con un campo técnico y el Palm Links Golf Courses, pensado para novatos, para los que incluso hay una opción de escuela para aprender los rudimentos de este deporte británico.
Pero además, Monastir guarda también el carácter especial de su historia, por lo que no hay que dejar pasar la oportunidad de recorrer su parte más antigua para conocer esta localidad a fondo. Al igual que otras ciudades de Túnez, su carácter árabe se deja sentir nada más poner un pie en su centro. Un lugar que hay que ver es su ribat, un monasterio defensivo que se fundó en el siglo VIII que aún se puede visitar, ya que a día de hoy alberga un museo islámico en el que el visitante descubrirá herramientas y objetos de gran importancia como manuscritos y estelas. De toda la colección destaca un hermoso astrolabio del siglo X. El ribat es una fortaleza que se ha convertido en el símbolo de la ciudad por méritos propios.
Caminando por la localidad se descubre como los edificios modernos se funden con los antiguos. Es una ciudad de explanadas, que contrasta con otras localidades del país, cuyo plano conlleva estrechas calles laberínticas. Lugares para ver hay muchos, pero uno destacado es la Mezquita Bourguiba, que se levantó en honor al primer presidente de Túnez independiente. También cuenta con un mausoleo dedicado al mismo, cuya cúpula y minaretes crean una imagen de gran belleza por sus tonos dorados. A ellos hay que sumar el Museo de las Artes y Tradiciones Populares, que se puede visitar para descubrir el colorido de los trajes populares de la región.
Qué ver o hacer en Monastir y alrededores
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