La Marsa

La Marsa es una zona exclusiva de Túnez. Un área donde se han mudado las grandes fortunas del país, tanto por sus grandes condiciones como por su situación, a escasos 15 minutos en coche de la capital del país y a otros escasos 15 minutos del hermoso pueblo turístico de Sidi Bou Said. Un enclave perfecto tanto para moverse fácilmente por esta parte del país como para disfrutar de los más de 14 kilómetros de playa de arena fina con los que cuenta. A ello, hay que sumar su cercanía a Aeropuerto Internacional de Cartago, situado aproximadamente a unos 15 minutos de distancia.

Esta localidad es un destino tranquilo, ya que no tiene tanta afluencia como otras zonas costeras de Túnez, guardando un ambiente tranquilo y exclusivo. La Marsa está unida con Gammarth, y al igual que la anterior, comenzó su actividad turística en los años 60 transformándose en un destino turístico. A día de hoy es un lugar cosmopolita, una ciudad que se extiende desde los acantilados de Gammarth hasta Sidi Bou Said, y en la que se encuentran, por ejemplo, el palacio de los huéspedes de la República, el Instituto Preparatorio a los Estudios Científicos y Técnicos y la Escuela Politécnica de Túnez, además de las principales embajadas del país. No falta la zona comercial y los bares y restaurantes, en los que se puede disfrutar de cocina tanto tunecina como internacional.

Desde La Marsa se pueden hacer múltiples excursiones muy interesantes para conocer Túnez en profundidad. Su buena ubicación permite a los viajeros llegar en pocos minutos hasta la blanca Sidi Bou Said. Allí nos aguarda su colorido trazado en el que el color de sus puertas y el blanco de la cal nos guiarán por calles estrechas hasta miradores que nos dejarán ver la grandeza del Mediterráneo. Es un lugar con mucha afluencia de turismo por lo que se recomienda evitarlo en las horas punta, si lo que se busca es la tranquilidad. También muy cerca espera Cartago, la gran ciudad púnica en la que los amantes de la historia podrán explorar diferentes episodios visitando sus monumentos. Un indispensable son las Termas de Antonino, además del puerto púnico y del Museo de Cartago.

Además, Túnez capital queda a unos 15 minutos de distancia. Se puede ir en autobús, pero en el país recomendamos ir en taxi, ya que es un medio de transporte rápido, seguro y barato. En la capital nos aguarda una de las Medinas más bonitas de todo el norte de África. Está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y su interior esconde numerosos recovecos y lugares que hay que ver. Uno de ellos es la Gran Mezquita. Tampoco hay que dejar de pasear por sus zocos para dejarnos embelesar por la labia de los vendedores con quienes tendremos que regatear para conseguir el mejor precio por los productos. La parte más moderna, la avenida Bourguiba, nos trasladará mentalmente a la época del protectorado francés con sus edificios coloniales. No hay que abandonar Túnez sin haber visitado el Museo del Bardo, en el que sus piezas arqueológicas nos tendrán al menos unas horas en sus instalaciones.