La Costa Brava tiene algo de mágica. Su turismo es muy diferente a otras partes de la costa española. Ofrece unas infraestructuras de calidad que se dejan sentir tanto en los hoteles y apartamentos como en los restaurantes, calas y playas de las que dispone. Es complicado elegir las mejores playas en la Costa Brava, pero hemos hecho una selección de cinco en las que merece la pena colocar la toalla.
Cala Rovira, Platja d´Aro
Muy cerquita de la concurrida Platja d´Aro encontraréis un rincón lleno de encanto y con mucha menos aglomeración de bañistas. Se trata de Cala Rovira, a la que podréis llegar a través del camino de Ronda. También tiene una gran afluencia de público que busca algo diferente, pero sus dimensiones son amplias, así que no será muy complicado encontrar un buen sitio. Disfruta de 237 metros de largo por 43 metros de ancho, insertados en un paisaje típico de la Costa Brava con rocas que harán que la imagen de su contorno no se os vaya de la cabeza. Su arena es gruesa, por lo que es fácil de quitar. Está galardonada con Bandera Azul, pero ojo, tiene una pendiente de entrada al agua bastante acentuada, así que habrá que vigilar a los más pequeños. A todo ello, hay que sumar que justo al lado se localiza la villa romana de Pla de Palol, por lo que se puede terminar el día paseando entre sus ruinas para conocer un poco mejor el pasado romano de la zona. También cerca se localizan otras calas con gran encanto como la Sa Cova, la Cala del Pi o la Cala Belladona. Para llegar a ellas habrá que atravesar la Punta Cala Rovira.
Playa Gran, Tossa de Mar
Es quizá la playa con la mejor vista de toda la Costa Brava y es que el paisaje que conforma el entorno (con el Cabo de Tossa, el castillo y el recinto amurallado de Tossa de Mar) crea una postal única que convierte a este lugar en un rincón muy especial. Es la playa principal de la localidad gerundense y por ello suele tener bastante afluencia en los meses de más calor. Su belleza hace que hasta la revista National Geographic la eligiera en 2013 como una de las 25 mejores playas del mundo. Al igual que en la Cala Rovira, hay que ser precavidos con la entrada al agua, ya que muy pronto empieza a cubrir, así que los niños y mayores tendrán que andarse con cuidado. Aún con todo, está premiada con Bandera Azul por sus excelentes infraestructuras. Podéis llevaros ropa y calzado cómodo para hacer una parada en la jornada de playa y acercaros hasta las murallas para disfrutar del patrimonio del lugar.
Playa de Castell, Palamós
Otra playa que aúna historia y naturaleza. La playa de Castell de Palamós es un lugar al que os recomendamos que vayáis para disfrutar del Mediterráneo. En este caso el viaje al pasado nos llevará hasta la época prerromana gracias a la visita del poblado ibérico de Castell, que además se integra dentro de un paisaje muy especial en el Espacio de Interés Natural de Castell-Cap Roig. En esta playa desemboca el canal de l´Aubi y tiene una peculiaridad que la hace destacar: el boom inmobiliario se quedó a las puertas gracias a unos vecinos muy combativos. Así se puede disfrutar de un paisaje casi virgen donde los pinos conviven con la arena fina. También es una buena zona para bucear o practicar otros deportes acuáticos.
Playa de Can Comes, Empuriabrava
Si lo que os apetece es estar en un espacio abierto, nada claustrofóbico, ¿qué tal ir hasta la playa de Can Comes en Empuriabrava? Es una playa de grandes dimensiones -cuenta nada más y nada menos que con 3.900 metros de arena-, ubicada entre las desembocaduras de los ríos Muga, al norte, y Fluvià, al sur. Ésta se localiza frente a las lagunas principales del Parc Natural dels Aiguamolls de l'Empordà. Si paseáis descubriréis sus dunas, donde si centráis vuestra atención podréis observar diferentes aves. Es una zona sin servicios, natural y de gran belleza y, debido a que forma parte del espacio natural, hay zonas cerradas al público en época de nidificación de determinadas especies de aves. En sus aguas podréis encontrar a personas practicando windsurf, ya que las condiciones son óptimas para ello. Además, no suele haber muchos bañistas, ya que no se puede llegar a ella en coche, sino que hay que hacerlo a pie. Lo podéis hacer desde la Playa de Empuriabrava. Después, ya que estáis en la zona, aprovechad para conocer este rincón tan curioso, ya que Empuriabrava es un marina residencial, cuyas calles son canales y se accede a las casas con barquitas. Se la conoce como la Venecia de la Costa Brava.
Cala Bona, Blanes
Acabamos nuestra lista de sugerencias en Blanes. Aquí plantamos nuestro campamento playero en la Cala Bona, una pequeña playa muy acogedora que atrae a un gran número de familias gracias a su arena fina dorada, sus aguas cristalinas, su Bandera Azul y su cantidad de servicios tanto en la misma playa como en los alrededores. Esta cala, también conocida con el nombre de Sant Francesc, cuenta con una extensión de 200 metros de largo por 35 metros de ancho. Se puede llegar a ella fácilmente en coche, aunque también puede resultar interesante dar un pequeño paseo desde Blanes y acceder a ella a través del jardín botánico de Marimutra y por Sant Joan. El paisaje que conforman las rocas harán que la jornada se quede grabada en vuestra memoria y, además, os permitirá disfrutar de una práctica de snorkel muy divertida. Si vais el 28 de julio, la encontraréis a rebosar, ya que ese día se celebra el Aplec de l´Amor, una jornada festiva enmarcada dentro de las fiesta patronales de Blanes.