El Mediterráneo nos espera con todo su esplendor en la Costa Dorada, un territorio ideal para familias y grupos de amigos que buscan playas seguras y llenas de servicios. No obstante, a lo largo de su costa nos sorprenderán tesoros escondidos, menos conocidos y llenos de sorpresas. ¿Os venís a conocer la mejores playas de la Costa Dorada? No os olvidéis la crema solar porque no os querréis mover de su arena.
Playa Larga, Salou
Salou es quizá la primera localidad que nos viene a la mente cuando hablamos de la Costa Dorada. Y es que este municipio tarraconense atrae a un gran número de viajeros que disfrutan de sus infraestructuras hoteleras y de la gran cantidad de apartamentos de la zona. Salou, además, dispone de amplia oferta pensada tanto para familias con hijos como para jóvenes que quieren combinar la playa con la vida nocturna. A todo ello hay que sumar la cercanía de Port Aventura. Como es un polo de atracción, no es extraño que las principales playas estén abarrotadas los meses de verano. Pero aparte de las playas más conocidas, existen otras de igual calidad con un poco menos de afluencia. Una de ellas es la Playa Larga, cuyo acceso menos cómodo hace que se acerquen menos bañistas. Esta playa tiene una longitud de 600 metros por 35 metros de ancho. Es semiurbana y está rodeada de pinos. Allí podréis alquilar sombrillas, hamacas y practicar deportes acuáticos sin problema. Además hay baños, duchas y un quiosco.
Playa de Calafell, Calafell
Para disfrutar de una buena playa urbana, os recomendamos que vayáis hasta la interesante localidad de Calafell. Allí, junto al paseo marítimo, se localiza una playa urbana totalmente segura y llena de servicios y vigilancia. Es una playa con muy poca profundidad junto a la orilla, lo que la hace ideal para niños y personas mayores. Las aguas son tranquilas por lo que los baños no conllevarán peligro alguno. Eso sí, habrá siempre que mirar la bandera que ondee en el puesto de socorrismo. Este arenal, debido a la alta ocupación de familias, es conocida por muchos como la “playa del Biberón”. A los mayores seguro que les interesa más las propiedades medicinales del agua, ya que cuentan con una concentración de yodo superior a otras zonas del Mediterráneo. Por eso en uno de los extremos de la playa podréis visitar el Sanatorio Martímo de Sant Joan de Dèu, hoy en día un hotel de lujo. Otra curiosidad es que frente a esta playa se puede visitar la Casa Museu Barral, donde vivió Carlos Barral, principal artífice de la editorial Seix Barral. Merece la pena acercarse para conocer esta casa típica de pescadores y descubrir la historia de una de las editoriales más importantes de España.
Els Muntanyas, Torredembarra
Con un paisaje bien diferente a los anteriores visitamos la playa de Els Muntanyas, en el municipio de Torrembarra, un rincón con encanto que conserva las últimas dunas y marismas saladas después del Delta del Ebro. Forma parte del Pla d’Espais d’Interès Natural, así que os espera un lugar especial donde podréis ver especies únicas como la lagartija colirroja. Es una playa enorme, de 2.200 metros de largo y una anchura de 66 metros, por lo que es sencillo encontrar una buena zona acorde a nuestros gustos. La arena es fina y cómoda, perfecta para tumbarse a leer mientras se toma un baño de sol mediterráneo. Además hay que tener en cuenta que es una playa con zonas nudistas, ideal para aquellos naturistas que quieran disfrutar tranquilamente de una jornada de playa sin ser molestados. Su grado de ocupación es medio y dispone de servicios básicos como duchas, baños portátiles y alquiler de sombrillas. Por último, para conocer mejor el pasado de la zona, acercaros hasta el Arc de Berà, un arco del triunfo de época romana, levantado en el trazado de la antigua Vía Augusta.
Otra lugar de postal es el que nos encontraremos en el pueblo marinero de Tamarit, muy cerca de la localidad de Altafulla. Allí, sobre su arena fina, podréis observar un recinto amurallado y los restos de un castillo que se levantan sobre un promontorio vigilando la playa día y noche. Abajo se localiza la “playa del Castell” que es lo que nos emplaza a esta lista. Veréis niños correr por su orilla, bañarse en sus aguas tranquilas y hacer castillos con su arena dorada y es que la playa de Tamarit es una playa familiar que atrae a un número moderado de bañistas. Tiene una longitud de 1.750 metros y una anchura de 45 metros en los que también encontraréis zonas de guijarros pequeños que es mejor evitar. Al igual que la playa anterior es un espacio de alto interés ecológico y por eso está catalogado como espacio protegido. Fijaros en su vegetación, donde destaca el pino blanco. Dispone de señales de salvamento, duchas, sanitarios portátiles y zona de aparcamiento.
Playa de la Roca Plana.
Un tesoro escondido junto a Tarragona. Así podría considerarse a la playa de la Roca Plana, un espacio que nos hace viajar kilómetros al norte hasta la Costa Brava sin movernos de la Costa Dorada. Este espacio dispone también de un valor ecológico incalculable. No suele entrar en los circuitos turísticos de la zona, por lo que es podréis disfrutar de una jornada tranquila. Se llega a través de la playa Larga de Tarragona. Es una cala natural de acceso difícil con poco más de 200 metros de largo y 26 de ancho. Su arena es fina y dorada y se complementa con unas aguas bien tranquilas y seguras. Es un destino muy preciado por los naturistas, que encuentran un oasis de tranquilidad. La zona está rodeada de vegetación, creando una postal única en la zona. Muy cerca está la Cala Fonda, denominada como Waikiki. También os la recomendamos.