​Antes llamado Fuengirola Zoo, esta localidad de la Costa del Sol malagueña permite ver animales –casi- como si estuvieran en libertad. Inteligentemente diseñado, con diferentes espacios que recrean (con máxima fidelidad) los hábitat naturales de las especies que viven en el parque. Es realmente un concepto diferente de zoológico. Es lo que se llama zoo inmersión, una corriente de diseño arquitectónico que sumerge al visitante en el entorno en el que vive el animal.

A lo largo de la visita, uno tendrá difícil no abstraerse, no dejarse llevar. por el delicioso entorno circundante. Al poco rato de estar allí, parecerá, realmente, que uno ha entrado en uno de esos documentales de la dos, una de esas películas de naturaleza que transcurren en profundas selvas del África ecuatorial, el sudeste de Asia o los densos parajes selváticos de América Central o del Sur.

Recorrer Bioparc y sentir despertar el interés por la biología y las ciencias naturales puede ser todo uno… por lo que resulta especialmente interesante hacer la visita con peques… o con adolescentes que aún no han descubierto a que se van a dedicar cuando sean mayores. Este modelo de zoológico es toda una invitación a viajar a un manual de naturaleza.

Entre las especies que al visitante en Fuengirola esperan está el Tigre de Sumatra; Gorilas de Costa; Falso Gavial Malayo, del que se ha conseguido su reproducción por primera vez en cautividad; el Duiker azul; orangutanes de Borneo; hipopótamos pigmeo; leopardos de Sri-lanka… Lo dicho. Toda una oportunidad para conocer la naturaleza… en abierto.

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