A 84 kilómetros de la capital de la provincia, la localidad de Buendía (Cuenca) tiene, además de los restos de una muralla medieval y un bonito paseo por sus calles y plazas, un atractivo único: la Ruta de las Caras.

Obra de Jorge J. Maldonado y Eulogio Reguillo, dos escultores que, en 1992, comenzaron a tallar caras en las rocas del entorno, en un paseo que discurre entre pinos y rocas areniscas, la actividad encantará a los niños (y no tan niños). La imaginación se disparará con lo que se encontrará allí: un verdadero museo expuesto en las salas de la naturaleza.

Accediendo por un camino perfectamente señalizado, unos postes, en los que alguien ha pintado flechas indicativas, van señalando hacia donde y por donde caminar.

Es un recorrido de aproximadamente una hora de duración, el viajero encuentra un paseo, entre pinares y rocas calizas, salpicado de rostros misteriosos, guardianes constantes de la ruta, cuyas dimensiones van de los 30 centímetros a los 3,5 metros. Un total de 18 esculturas y otras menores, o simples intentos que no llegaron a terminarse: Moneda de la Vida, Cruz Templaria, Krishna, Maitrya, Arjuna, Espiral del Brujo, Chemary, La Monja, Chamán, Beethoven de Buendía, Duende Indio, Paleto, Duende de la Grieta, De Muerte, Dama del Pantano, Cruz del Temple, Virgen de Lis y Virgen de las Caras... Lo dicho… puro gozo.

Si quieres ver rostros tallados en la roca viaja a Buendía, Cuenca y sorpréndete