Qué hacer en la playa de La Concha de San Sebastián

San Sebastián tiene tres playas. No obstante es la Playa de la Concha la más conocida y lo ha logrado por méritos propios, ya que es una playa urbana de gran belleza con un montón de propuestas para sus bañistas. Desde aquí te proponemos cinco cosas que hacer en esta playa.

Observar las regatas en la Bandera de la Concha

Las regatas, conocidas como estropadak, invaden la costa de La Concha. Tienen su origen en las embarcaciones de pesca que regresaban rápido para llegar las primeras a puerto para las subastas de pescado. Hoy en día es un deporte muy querido en la ciudad, tanto que desde 1879 se organizan regatas en verano que atraen a un gran número de curiosos y vecinos hasta la playa de La Concha. La Bandera de la Concha suele ser a finales de verano, los dos primeros fines de semana de septiembre, coincidiendo con las fiestas de la ciudad. Al principio eran sólo masculinas, pero en 2008 dejaron que participaran también mujeres. Así que si los astros se alinean y estás en Donosti, no dejes de madrugar para coger un buen sitio y no perderte el espectáculo ya que es una experiencia que no olvidarás.

Cuidarse en el balneario de La Perla

También de origen histórico es nuestra siguiente propuesta. Ya que se está en San Sebastián, ¿por qué no disfrutar de un balneario real? Es posible en La Perla, un centro de talasoterapia que encandiló a la reina María Cristina, quien se bañaba en la zona para conseguir relajarse y mantenerse sana. El balneario se inauguró como un edificio de madera que en 1912 se sustituyó por una construcción más moderna. A lo largo del siglo XX vivió una suerte dispar. Hoy en día es un centro de spa que usa el agua marina en sus tratamientos. Más de 4.500 metros ubicados en la misma playa de la Concha. Date un capricho para ti y los tuyos y disfruta de unas vistas únicas mientras tonificas tu cuerpo. Además, tiene acceso directo a la arena de la playa. Se pueden contratar circuitos de determinada duración. Para disfrutar de ellos es necesario llevar gorro de natación, chanclas, toalla y, por supuesto, bañador.

Navegar hasta la isla Santa Clara

Frente a la bahía de La Concha se ubica la pequeña isla de Santa Clara, declarada Centro Histórico de Interés Nacional. Está cerca de la arena, por lo que los más valientes se animan a llegar hasta a ella nadando. Si no estás en forma o no te apetece, también es posible hacerlo en embarcaciones en los meses de verano. Estas embarcaciones son motoras y su salida depende de las condiciones del mar. Puedes subirte a una de ellas y alcanzar la isla para disfrutar allí de la jornada. Rodeala y camina, tendrás una visión diferente de la ciudad de San Sebastián. Igualmente, podrás llevarte una toalla y el bañador y darte un chapuzón en una zona más tranquila que las playas urbanas de la ciudad. La isla está equipada con baños, duchas y puesto de socorrismo, por lo que no irás a plena naturaleza. Igualmente, hay que saber que en verano no pueden ir los perros a la isla, por lo que si viajas con tu mascota es mejor que busques otro destino. Para comer o bien te llevas de casa un tupper y bebidas para realizar un pic-nic en los merenderos de la isla o acudes al bar, donde encontrarás refrescos y snacks.

Observar el atardecer

El atardecer tiñe de tonalidades rojizas el final de cada día. En cada punto geográfico el cielo muestra unos colores u otros. En San Sebastián no es menos, por eso te proponemos que te quedes en la playa de la Concha hasta que el sol empiece a desaparecer. Puedes quedarte en la arena, pero nosotros te recomendamos que recojas tu cachivaches y subas hasta la barandilla, desde lo alto podrás observar un espectáculo romántico que seguro quieres compartir con la persona que amas. También puedes coger un barco y vislumbrar la puesta de sol desde el Cantábrico.

Pasar un día de playa

Esto es obvio, pero a veces al resultar una ciudad tan elegante se nos olvida que hemos venido para disfrutar de su arena. La playa de la Concha es considerada como una de las mejores playas urbanas del mundo, no sólo por su belleza, sino por sus servicios. Dispone de un kilómetro de arena blanca, ideal tanto para poner la toalla sobre ella como para jugar haciendo castillos de arena. Aunque sea el norte, el sol pega igual, así que podrás lograr un bronceado si tomas el sol. Eso sí, no olvides llevar una protección alta para proteger tu piel y unas gafas de sol para tu vista. Por supuesto es una playa totalmente equipada donde encontrarás servicios como alquiler de hamacas, puestos de socorrismo, duchas, zonas deportivas... Su oleaje es moderado y en los meses de verano se suele colocar una estructura de toboganes para que los más pequeños de la casa y los no tan pequeños saquen el máximo partido al día en la playa. ¡Ah! Y un servicio muy útil es el de baño asistido para personas minusválidas en los meses de verano.

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