¿Existe alguna población capaz que le haya dedicado una calle .en este caso, avenida- a la horchata?. Si, existe. Se llama Alboraya, está en Valencia…y no sólo le ha hecho hueco en su callejero al levantino refresco veraniego…sino que también le ha dedicado un museo. Pero mejor ir por partes.
La Avenida de la Horchata, así llamada por el gran número de horchaterías allí concentradas, es también domicilio del que, para muchos es el mejor despacho de horchata de toda la costa levantina: Casa Daniel. Por allí pasan, cada año miles de personas atraídas por la fama no sólo de su horchata, sino también por sus granizados, merengues, helados….y esa bollería con denominación de origen llamada fartons y que los nativos aconsejan consumir, siempre, calientes.
Se puede comprar horchata para llevar, pudiéndose conservar de cuatro a diez horas, dependiendo del recipiente empleado. Ah!...no vaya a creerse que el mundo horchatero se cacaba en Casa Daniel.. Riera, Bon Aire y El Cosechero, todas en la avenida de la Horchata, son igual de recomendables.
Un museo para la horchata
El Machistre es una alquería, situada a las afueras de Alboraya, que alberga en su interior un interesante museo dedicado a la horchata. A poco que se preste atención, de allí se sale sabiendo cómo se elabora la horchata, cómo se cultiva la trufa, cómo se comercializa ahora y cómo se hacía hace doscientos años. Y, por si eso fuera poco, en la zona de los invernaderos de la hacienda, se puede visitar un Museo de la Huerta. Allí los niños –y los grandes- podrán comparar los utensilios que se utilizaban en el campo de hace 300-400 años y los que se utilizan ahora. Y es que la alquería se conserva cómo estaba hace cuatro siglos., así que visitar algunas de sus estancias – capilla, las cocinas, los antiquísimos salones, la antigua torre de orígen árabe...- será una suerte de viaje en el tiempo
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