La Costa Blanca ocupa una zona importante del Levante español. Este territorio con personalidad propia nos espera con una gran diversidad de playas que se adaptan a todo tipo de viajeros a lo largo de sus 218 kilómetros. Que buscas algo urbano, lo tienes; Algo más tranquilo, lo puedes encontrar; Un rincón para niños, también. Bienvenidos a la Costa Blanca, una zona de playas de arena y aguas tranquilas y la costa de España con más banderas azules.

Playa La Granadella de Jávea

Para empezar vamos a viajar hasta la localidad de Jávea para visitar un enclave de gran belleza: la Cala la Granadella. Escondida al final de una carretera con pendiente que se toma desde la carretera Cabo de la Nao, nos espera con su paisaje. Esta cala no se parece a otras zonas de baño de la Costa Blanca, no. Es pequeña y de grava y roca. Eso sí dispone de bandera azul y no es extraño porque una vez se llega es fácil de acceder a ella, tiene servicios y unas aguas cristalinas, ideales para hacer snorkel. También hay quienes practican submarinismo. Igualmente hay que resaltar que dispone de un parking donde hay un mirador que no hay que perderse. Desde el aparcamiento surge también una ruta de senderismo, la ruta del Castell de la Granadella. Suele tener una ocupación alta, así que hay que ir pronto por la mañana para hacernos con el mejor sitio.

Playa de Tabarca, isla de Tabarca

Es curioso llegar hasta ella porque la playa de Tabarca se localiza en la isla de Tabarca, una reserva marina con una rica biodiversidad de flora y fauna y la única isla habitada en toda la Comunidad Valenciana. Allí el mar llega a una orilla compuesta de arena y grava, de un color curioso. Para poder disfrutar de esta playa, hay que coger un barco o bien en Santa Pola o en Guardamar, Benidorm o Alicante. En verano tiene una gran afluencia, pero en otras épocas es un destino bien tranquilo, ideal para una escapada. Al estar allí, hay que pensar que esta isla fue refugio de piratas berberiscos y que en el siglo XVIII se levantó una fortaleza y se promovió un asentamiento que alojó a familias de pescadores de Génova, que estaban cautivos en la ciudad de Tabarka, en Túnez. Se puede descubrir más sobre su historia recorriendo las murallas y visitando el museo que alberga la isla. Eso sí, que quede tiempo para disfrutar de sus aguas transparentes y de su tradicional caldero, un plato típico de la isla.

Playa del Levante de Benidorm

Es quizá una de las playas más conocidas de todo el país. La Playa del Levante de Benidorm es Mediterráneo en estado puro. Una playa urbana, totalmente adaptada a las necesidades de todos los viajeros, llena de servicios y, por supuesto, llena de bañistas que quieren sacarle el máximo partido. Tiene una longitud de más de dos kilómetros, donde la animación no descansa durante todo el día. Es una playa pensada especialmente para familias con niños o para parejas mayores que quieren darse un baño sin ningún peligro. Además junto a la arena, en el Paseo Marítimo, se encuentran una gran cantidad de bares, restaurantes y locales de ocio que auguran unas vacaciones llenas de diversión. Está reconocida con bandera azul.

Playa de la Fossa de Calpe

Al norte del Peñón de Ifach, símbolo de Calpe y de la Costa Blanca, se localiza la Playa de la Fossa. Ésta es una hermosa playa urbana en la que el paisaje es un encanto más a tener en cuenta cuando se escoge. A ello hay que sumar su arena dorada, su agua transparente y todas las facilidades que la hacen la favorita para muchas familias. Desde ella se ve la cara menos conocida del Peñón de Ifach, con restos de vegetación que baja hasta las aguas del mar. Es una playa galardonada con bandera azul, con una dimensión de 950 metros de largo por 40 metros de ancho. En verano cuenta con una zona adaptada para personas con movilidad reducida con entrada por la calle Llevant con el edificio Hipocampos. Junto a la playa se ubica un paseo marítimo con tiendas, restaurantes y demás servicios necesarios para un día de playa completo.

Playa del Carabassi, Elche

Junto a la sierra de El Carrabassí se sitúa la playa con el mismo nombre, un lugar especial, de arena fina y dorada, donde los bañistas descubrirán un entorno con dunas altas recientes, dunas fósiles y un pinar alrededor de gran valor ecológico. Es una playa semisalvaje, catalogada como playa libre, en la que se puede practicar nudismo, aunque también se puede ir en bañador. Está dotada también con bandera azul y dispone de algunos servicios como vigilancia marítima, chiringuito, baños, hamacas y un acceso para personas con movilidad reducida. Destaca también la riqueza de su fondo marino, ya que se ubica cerca de los saladares y humedales de Clot de Galvany y Balsares. El estado habitual del mar es oleaje moderado. No obstante antes de meterse al agua, siempre hay que mirar la bandera que ondea.